No todas las personas aprenden a nadar durante las vacaciones de verano cuando son niños, pero al ser jóvenes o adultos sienten el anhelo de hacerlo para no quedarse en la orilla de las piscinas o de las playas mientras todos se divierten.
Aprender a nadar tiene muchos beneficios, además de obtener un poco de diversión extra durante tus vacaciones y sentirte más seguro cuando estás dentro del agua, tu cuerpo se fortalece más rápido que en gimnasio y tu respiración mejora.
Desde luego, no vas a nadar los cuatro estilos al finalizar tu primera clase, pero se trata de un paso importante por lo que te daremos algunos consejos para aprender a nadar desde cero no te resulte una experiencia tortuosa.
Libérate de los juicios
El primer gran obstáculo para que un joven o adulto aprenda a nadar es el temor de hacer el ridículo, el miedo a los juicios propios y ajenos te cohíbe de si quiera intentarlo, así que será necesario que dejes estas emociones de lado cuando entres a tus primeras clases de natación.
No hay nada de malo en aprender un deporte luego de la niñez, en realidad, es una de las mejores cosas que puedes hacer por ti y hay muchas personas en la edad adulta que aprenden algo desde cero, ya sea pintar, manejas, bailar o cocinar.
Dedica el tiempo suficiente a la técnica
En natación la técnica lo es todo y con esto nos referimos a la ejecución de los movimientos en cada estilo. Pecho, mariposa, libre y espalda tienen una forma precisa de realizarse y esto es lo que te permite desplazarte y flotar en el agua.
Así pues, nos desprecies las indicaciones del entrenador si te pone a brasear fuera del agua o hace que te sumerjas una y otra vez hasta que comprendas como se retener la respiración bajo el agua ¡Paciencia pequeño saltamontes!
No te fijes en el tiempo si estás comenzando
Todo inicio es lento, no importa a qué te dediques cualquier cosa en la que eres nuevo toma un poco de tiempo mientras te acostumbras y comprendes completamente la mecánica de lo que haces.
En la natación sucede lo mismo, por lo que es inútil que en tus primeras semanas te obsesiones con ser el más rápido de la clase, en lugar de esto concentra tu esfuerzo en una mejor ejecución de la técnica y respiración, esto es lo que te permitirá en el futuro ser veloz como una flecha.
Empezar a nadar desde cero puede ser una experiencia muy grata siempre que lo hagas con una actitud muy positiva y si tienes una gran disposición de aprender, de ser así ve y apúntate en la clase más cercana.