Como deporte acuático, el nado es una actividad que ayuda a las personas a relajarse a la vez que se divierten. Por ello, la natación es recomendada para niños, jóvenes y adultos que padecen síndrome de Down.

Más allá del disfrute de estar en el agua

La natación permite fortalecer el sistema cardio respiratorio y a mejorar la coordinación, el equilibrio y reconocimiento del espacio, lo que implica la motrocidad; no por nada el nado es recomendado muy muchos reumatólogos. Por ende, el nado no solo es una actividad recreativa, sino de integración de quien padece síndrome de Down, ayudándolo a vivir una vida como cualquier otra persona.

¿Puede nadar un niño con síndrome de Down?

El aprendizaje de nado de un niño con síndrome de Down requiere una atención especial y un entrenador capacitado. Como cualquier niño, quien padece síndrome de Down tiene su carácter, desde ser más inquieto o hablador, hasta ser más tranquilo o ágil.

En este sentido, dependiendo de la personalidad del niño e incluso de la movilidad, podrá aprender a moverse y nadar, siempre y cuando tenga la motivación para hacerlo.

Los retos no son muy diferentes

Los retos que tengan en el nado los niños con síndrome de Down serán nuevos para ellos: desde el adaptarse al agua y los movimientos que implican, el seguir las indicaciones del entrenador, la rutina del calentamiento previo y el seguir una dieta. Como vemos, no son distintos a lo que cualquier otra persona que quiera aprender a nadar.

Y tú, ¿conoces a alguien con síndrome de Down que quiera nadar? Ellos también pueden.