La natación es una actividad física muy recomendada por sus múltiples beneficios para la salud. Sin embargo, existen ciertos riesgos asociados con la práctica diaria de natación, principalmente relacionados con el cloro y otros químicos que se añaden al agua de las piscinas para mantenerlas limpias y libres de bacterias.
En este artículo, profundizaremos sobre estos riesgos y mencionaremos algunas medidas para protegerse si se practica natación en agua tratada.
El cloro es un químico que se utiliza ampliamente en piscinas y otros cuerpos de agua para eliminar las bacterias y otros microorganismos que pueden ser dañinos para la salud. Sin embargo, el contacto prolongado con el cloro y otros productos químicos utilizados en el tratamiento del agua puede tener efectos negativos en la salud de los nadadores.
Uno de los principales riesgos de la exposición prolongada al cloro es el desarrollo de problemas respiratorios. Según estudios realizados por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), los nadadores que entrenan en piscinas con cloro tienen un mayor riesgo de desarrollar asma y rinitis. Esto se debe a que el cloro reacciona con otros compuestos orgánicos presentes en el agua, formando cloraminas que pueden irritar los pulmones y causar inflamación en las vías respiratorias.
Los ojos también pueden verse afectados por la exposición al cloro. El agua clorada puede causar irritación ocular, enrojecimiento y lagrimeo. Si se nada sin gafas, los ojos pueden irritarse aún más debido al cloro, lo que puede provocar infecciones oculares y otros problemas de visión a largo plazo.
La piel puede verse afectada por el cloro y otros productos químicos utilizados en el tratamiento del agua. El contacto prolongado con el cloro puede provocar sequedad, enrojecimiento, picazón y descamación en la piel. También puede aumentar la sensibilidad al sol y provocar la aparición de manchas o arrugas prematuras. Incluso el pelo puede verse afectado, ya que el cloro puede decolorarlo y hacer que se vuelva quebradizo.
Además, algunos estudios han sugerido que la exposición a productos químicos utilizados en el tratamiento del agua de las piscinas puede aumentar el riesgo de cáncer. Si bien se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos, es importante que los nadadores tomen medidas para minimizar su exposición a estos productos químicos.
Pero no solo el cloro puede ser un riesgo para la salud de los nadadores. Otros productos químicos utilizados en el tratamiento del agua, como el ácido cianúrico y el alguicida, también pueden tener efectos negativos en la salud. El ácido cianúrico, por ejemplo, se utiliza para estabilizar el cloro y prevenir su descomposición por los rayos solares, pero en cantidades excesivas puede causar problemas gastrointestinales y renales. El alguicida, por su parte, puede causar irritación en la piel y los ojos si se utiliza en exceso.
La nadadora olímpica estadounidense Missy Franklin, por ejemplo, ha hablado abiertamente sobre su experiencia con los efectos negativos de la exposición al cloro. A pesar de ser una atleta de clase mundial, Franklin ha sufrido de piel seca, eccema y otros problemas de piel debido a la exposición continua al cloro durante su entrenamiento diario en piscinas tratadas con cloro.
Según un estudio publicado en la revista «Occupational and Environmental Medicine», los nadadores profesionales tienen un mayor riesgo de sufrir problemas respiratorios y enfermedades de la piel debido a la exposición prolongada al cloro y otros productos químicos utilizados en el tratamiento del agua. El estudio también encontró que los nadadores profesionales tienen una mayor tendencia a desarrollar asma que la población en general.
La supervisora médica de Federica Pellegrini ha comentado que por el alto contacto que Federica tiene con el cloro de la alberca es necesario un monitoreo constante pulmonar debido la tendencia a padecer asma y rinitis de los nadadores profesionales.
Es importante mencionar que los riesgos asociados con la exposición al cloro no deben ser motivo de alarma para los nadadores, ya que estos riesgos pueden ser minimizados siguiendo prácticas adecuadas de seguridad y protección.
Es importante mencionar que los nadadores que experimentan síntomas relacionados con la exposición al cloro y otros productos químicos deben buscar la atención médica adecuada. Es posible que necesiten ver a un especialista en oído, nariz y garganta si experimentan problemas respiratorios, a un dermatólogo si tienen problemas en la piel, o a un oftalmólogo si tienen problemas en los ojos.
Además, es importante que los nadadores se sometan a chequeos médicos regulares para detectar cualquier problema de salud relacionado con la natación y la exposición a los productos químicos del agua. Los chequeos médicos deben incluir pruebas de función pulmonar y de la piel, así como examinaciones de los oídos, nariz y garganta.
La natación es una actividad física muy saludable que ofrece muchos beneficios para el cuerpo y la mente. Sin embargo, los nadadores deben tener en cuenta los riesgos de la exposición al cloro y otros productos químicos utilizados en el tratamiento del agua y tomar medidas para proteger su salud.
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